lunes, 30 de abril de 2012

Justo el día...

Justo el día en que llevo gafas y un jersey
horroroso
usted descubre mi arrinconada existencia.


Le hablo con la sorpresa de no sorprenderme al tocar una
ardilla.


Y contengo como puedo este alud de labios para no
abalanzarme sobre su nuca
mientras guarda, de espaldas a mi sombra creciente
unos papeles en la carpeta.


Almudena Guzmán





miércoles, 25 de abril de 2012

Anchas sílabas...

Que mi pie te despierte, sombra a sombra
he bajado hasta el fondo de la patria.
Hoja a hoja, hasta dar con la raíz
amarga de mi patria.


Que mi fe te levante, sima a sima
he salido a la luz de la esperanza.
Hombro a hombro, hasta ver un pueblo en pie
de paz, izando un alba.


Que mi voz brille libre, letra a letra
restregué contra el aire las palabras.
Ah, las palabras. Alguien heló
los labios -bajo el sol- de España.

Miguel Otero Silva
(venezolano)



viernes, 20 de abril de 2012

Poeta solo...

Solo
como Borges
en el fondo de la rosa
torturado por báculos de plata
espejos laberintos
talismanes
viendo su ceguera de frente
sin árboles
ni caminos.
Solo
como Whitman el hermoso
se pie frente a sí mismo
sin máscaras
el poeta grita
en una calle
se da con la cabeza
en los muros deshabitados
solo
con su ira pertinaz.
A nadie importa
que ame el tun y la chirimía
la marimba
las tejas de sus indias
sus obscuros pies de adobe.
El poeta
se sienta a contemplar
a la joven Guatemala
-sangre y leche-
desangrándose violada.
El fuego de la furia
lo cobija
como un útero maligno
lo atrapa
bajo campanas delirantes
lo encierra en su caracol de llanto.
El poeta está solo
bajo el cielo azul indiferente.


Carmen Matute
Mayo 84
(Guatemalteca, contemporánea)







domingo, 15 de abril de 2012

Una canción en la tormenta...

Asegúrate bien de que a tu lado peleen
los océanos eternos, aunque esta noche
el viento en contra y las mareas
nos hagan su juguete.
A fuerza de tiempo, no de guerra,
en medio del peligro nos guiamos:
Sea bienvenida entonces la descortesía del Destino
dondequiera que aparezca
en todo tiempo de angustia y también
en el de nuestra salvación,
el juego vence siempre al jugador
y el barco a su tripulación.


De la niebla salen rumbo a la tiniebla
las olas que brillan y se encrespan.
Casi estas aguas sin conciencia se comportan
como si tuviesen alma-
casi como si hubieran pactado sumergir
nuestra bandera debajo de sus aguas verdes:
sea bienvenida entonces la descortesía del Destino
dondequiera que pueda verse, etc.


Asegúrate bien, a pesar de que las olas y el viento
en reserva guardan ráfagas aún más poderosas,
que los que cumplimos las guardias asignadas
ni por un instante descuidemos la vigilancia.
Y mientras nuestra proa flotando rechaza
cada carrera frustrada de las olas,
canta, sea bienvenida la descortesía del Destino
dondequiera que se desvele, etc.


No importa que sea barrida la cubierta
y se rompan la arboladura, el maderamen-
de cualquier pérdida podremos sacar provecho
salvo de la pérdida del regreso.
Por eso, entre estos Diablos y nuestra astucia
deja que la cortesía de las trompetas suene,
y que sea bienvenida la descortesía del Destino,
dondequiera que se encuentre, etc.


Asegúrate bien, aunque en poder nuestro
nada quede para dar
salvo sitio y fecha para encontrar el fin,
y deja de esforzarte por vivir,
que hasta que éstos se disuelvan, nuestra Orden se mantiene,
nuestro Servicio aquí nos ata.
Sea bienvenida entonces la descortesía del Destino,
dondequiera que aparezca,
en todo tiempo de angustia y también
en el de nuestro triunfo,
el juego vence siempre al jugador
y el barco a su tripulación.


Rudyard Kipling
Versión de Luis Cremades





martes, 10 de abril de 2012

El último deseo...



Si se derrumba el cielo, si se rompe el mar.
Si a mi poesía la traga el infinito,
si cae mi nombre fulminado por el tiempo.

Si en la ribera el agua se olvida de la arena.
Y en las costas de mi río las hierbas esconden
las cicatrices de mis huellas.

Quiero que estés allí, ¡corazón de trigo!
Juntando mis vocales a la vera de los verbos,
amontonando mis despojos
en los escombros del camino.

Porque sabes mas que todos mis místicos silencios.
Porque intuyes en mis labios tus senos en mi vicio.

Si a la sombra de mis montes el sol las elimina
con su brillo tenaz de loco aventurero.
Si me suben por las manos tus hiedras suaves,
huidizas a mi tacto de flor en terciopelo.

Si en mi ciega singladura hacia tu muelle
naufrago en la ignorancia de la isla de tus besos.

Si en mi pueblo se agiganta mi nostalgia
y rueda el delirio
en la urbana belleza de tu piel de caramelo.

Si no logro alcanzarte con mis alas de bardo,
si son mas altos los muros de tu vida.
Si son inalcanzables los luceros de tus ojos,
y se quiebran mis vuelos, y me hundo en la muerte.

Quiero que estés allí, ¡Corazón de trigo!
Antes que se agote mi último suspiro
antes que se trague mi garganta
la dicha de decirte que te quiero.-

Walter Faila








jueves, 5 de abril de 2012

Ahora...

Ahora como un ángel apareces
y me rodeas sin decirme nada.
Ángel que yo cuidara tantas veces
sin saberlo, callada.

En todo lo que miro permaneces
como el aire feliz de la mirada.
Me parezco a tu ausencia y te pareces
a mí resucitada.


Porque viniste cuando me moría
a devolverme a vivas caridades;
porque mi noche muda se hizo día

por gracia de tu voz iluminada,
en esta eternidad con que me invades
yo que no era, soy tu enamorada.

María Elena Walsh