Devora el sol restos ya inciertos;
el cielo roto, hendido, es una fosa;
la luz se atarda en la pared ruinosa;
polvo y salitre soplan sus desiertos.
Se yerguen más los fresnos, más despiertos,
y anochecen la plaza silenciosa,
tan a ciegas palpada y tan esposa
como herida de bordes siempre abiertos.
Calles en que la nada desemboca,
calles sin fin andadas, desvarío
sin fin del pensamiento desvelado.
Todo lo que me nombra o que me evoca
yace, ciudad, en ti, yace vacío,
en tu pecho de piedra sepultado.
Octavio Paz
Catatanemak
Hace 3 años.
3 comentarios:
El poema una lindura y la foto de Caracas ni te cuento!
Bechos
Esta manera de asomarme a Caracas por tus ojos,por la ventana de tu casa allí,por la poesía que expresa lo que más quieres...
¡¡¡ eres un Sol !!!
Un beso...
Luz y Max, sí es mi Caracas del alma y mi Ávila, que extraño con toda mi alma cada día...
Debo confesar que no es un crepúsculo, que es un amanecer (el sol está hacia el este, Luz, no te diste cuenta =oP) peeero ¡no se lo digan a nadie!
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