Max, corazón, gracias...
En el bronce de Homero resplandece tu nombre,
negro vino que alegras el corazón del hombre.
Siglos de siglos hace que vas de mano en mano
desde el ritón del griego al cuerno del germano.
En la aurora ya estabas. A las generaciones
les diste en el camino tu fuego y tus leones.
Junto a aquel otro río de noches y de días
corre el tuyo que aclaman amigos y alegrías,
vino que como un Éufrates patriarcal y profundo
vas fluyendo a lo largo de la historia del mundo.
En tu cristal que vive nuestros ojos han visto
una roja metáfora de la sangre de Cristo.
En las arrebatadas estrofas del sufí
eres la cimitarra, la rosa y el rubí.
Que otros en tu Leteo beban un triste olvido;
yo busco en ti las fiestas del fervor compartido.
Sésamo con el cual antiguas noches abro
y en la dura tiniebla, dádiva y candelabro.
Vino del mutuo amor o la roja pelea,
alguna vez te llamaré. Que así sea.
Jorge Luis Borges
8 comentarios:
Los momentos asomados a la memoria,esa imágen,el poema,el vino,uuffff...
los pies descalzos, la alfombra, el fuego...
hermosos recuerdos...
uy, pero dónde me metido yo???
Lo siento...me voy por donde vine que aquí hay tema...jejeje!!!
Recuerdos, sueños... esas cosas que nadie puede quitarnos, Arandiux!
Besitos!!!!
Pues sí! Cierto...pero no seais tan sugerentes en público que no semos de piedra, omá!
uy... vaya a saber a dónde se la llevó esa imaginación suya, pequeñuelita de mi corazón!!!
=oP
(¿o fueron los recuerdos los que se la llevaron en volandas? uhm...
qué va...a mí no me guzta el vino...me gusta más el zumo de naranja...jeje. Pero vamos, que yo no digo nada...imaginación, qué linda cosa!!!Nos salva de una realidad triste
Si es que eres una brujita, algún día te contaré una historia, prometido ;o)
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