Por una vez existe el cielo innecesario
Nadie averigua acerca de mi corazón
ni de mi salud milagrosa y cordial
porque es de noche manantial de la noche
viento de la noche viento olvido,
porque es de noche entre silencio y uñas
y quedo desalmado como un reloj lento
Húmeda oscuridad desgarradora
oscuridad sin adivinaciones,
con solamente un grito que se quiebra a lo lejos
y a lo lejos se cansa y me abandona
Ella sabe qué palabras podrían decirse
cuando se extinguen todos los presagios
y el insomnio trae iras melancólicas
acerca del porvenir y otras angustias.
Pero no dice nada, no las suelta
Entonces miro en lo oscuro llorando
y me envuelvo otra vez en mi noche
como en una cortina pegajosa
que nadie nunca nadie nunca corre
Por el aire invisible baja una luna dulce
hasta el sueño por el aire invisible.
Estoy solo como con mi infancia de alertas
con mis corrientes espejismos de Dios
y calles que me empujan inexplicablemente
hacia un remoto mar de miedos
Estoy solo como una estatua destruida
como un muelle sin olas como una simple cosa
que no tuviera el hábito de la respiración
ni el deber del descanso ni otras muertes en cierne
solo en la anegada cuenca del desamparo
junto a ausencias que nunca retroceden
Naturalmente ella
conoce qué palabras podrían decirse
pero no dice nada
pero no dice nada irremediable
Mario Benedetti
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