y escuché sus latidos en la plaza
sentí su aroma llegando con el viento
y en los escombros gritando con tu raza
Me dijeron que anduvo a contratiempo
desplegando sus cenizas como alas
que en el río vagaba mal herido
y su sangre brotaba desde el agua.
Lo he visto como ángel clandestino
entrando a tu hogar por la ventana
pidiendo unas limosnas al destino
reciclando su pena y su esperanza
Te aseguro que lo he visto, compañero,
con su vientre contraído en esa plaza
siendo eje de un globo pesado y agorero
inclinando sin piedad nuestra balanza.
Me contaron que pasó por ésta tierra
perforado en sus ojos la mirada
que si buscas con cuidado entre las piedras
verás su huella caminando doblegada.
Que si te arrimas por algo a la ribera
no dudes en mirar hacia las aguas
quizá la sangre te guíe a su camino
y la luna te muestre otro mañana
Tal vez huelas en el viento su ceniza
o el latido de su pecho en esas alas
desplegadas como símbolo iracundo
de su errante transitar en la bandada.
No digas que no vino a rescatarte
tal vez lo confundió tu verborragia
y se fue buscando en otro rumbo
tu aliento encadenado de nostalgia.
Walter Faila
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