Era extraño el resplandor en la noche
de palmeras doradas,
el salitre acariciaba las fosas,
exacerbando sonidos antiguos.
Los ojos contemplan, a distancia,
efectos tridimensionales de ensueño.
La algarabía de los pelícanos de yeso
indica las certezas del amanecer.
Permanecemos de pie, sin embargo.
María Luisa Lázaro
(Venezolana - Contemporánea)
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