domingo, 19 de mayo de 2013

Bajo tu clara sombra...





Un cuerpo, un cuerpo solo, un sólo cuerpo 
un cuerpo como día derramado
y noche devorada;
la luz de unos cabellos
que no apaciguan nunca
la sombra de mi tacto;
una garganta, un vientre que amanece
como el mar que se enciende
cuando toca la frente de la aurora;
unos tobillos, puentes del verano;
unos muslos nocturnos que se hunden
en la música verde de la tarde;
un pecho que se alza
y arrasa las espumas;
un cuello, sólo un cuello,
unas manos tan sólo,
unas palabras lentas que descienden
como arena caída en otra arena....

Esto que se me escapa,
agua y delicia obscura,
mar naciendo o muriendo;
estos labios y dientes,
estos ojos hambrientos,
me desnudan de mí
y su furiosa gracia me levanta
hasta los quietos cielos
donde vibra el instante;
la cima de los besos,
la plenitud del mundo y de sus formas.

Octavio Paz


 

viernes, 17 de mayo de 2013

Huelo mal...



Huelo a muerte en estos días, huelo a olvido,
a poema inacabado, a tristeza, a pecado.
Huelo a estorbo de recuerdos, a Navidad de niños huérfanos.
A polvo puesto, a caras parcas, a espermios muertos.

Huelo a negro de conciencias, huelo a entierro,
a ciudad contaminada, a estribillo sin solfeos.
Huelo a guerra en Medio Oriente, a delirio en Occidente,
a luna talada, a deseo insatisfecho, a ensoñación castrada.

Huelo a lejanía del mar, huelo a censura,
a amores descompuestos, a la lujuria del cura.
Huelo mal, como a fracaso, como a podrido,
como a derrumbe y nostalgia, como a hambre de esperanza.

Huelo y pervivo, huelo y presiento, huelo y escribo;
Huelo y sé que algo ha de morir por tal olor...
Algo con mis formas, mi teléfono, nombre y dirección
Algo que se parece a mí pero que no soy yo.

Hoy. Huelo a hoy...
Huelo a cuando ya es tarde para todo

Gonzalo Osses - Vilches
(Chileno - Contemporáneo)

miércoles, 15 de mayo de 2013

domingo, 5 de mayo de 2013

Pequeña historia de bolsillo...





Luego de tomar el último sorbo de café, 
y con un gesto que yo amaba, 
dió vuelta a la esquina 
entre la gente 
y se metió en mí 
hasta perderse. 

Eduardo Ramos-Trilce