domingo, 27 de noviembre de 2011

Siempre...

Aunque los pasos toquen mil años este sitio,
no borrarán la sangre de los que aquí cayeron.


Y no se extinguirá la hora en que caísteis,
aunque miles de voces crucen este silencio.
La lluvia empapará las piedras de la plaza,
pero no apagará vuestros nombres de fuego.


Mil noches caerán con sus alas oscuras,
sin destruir el día que esperan estos muertos.


El día que esperamos a lo largo del mundo
tantos hombres, el día final del sufrimiento.


Un día de justicia conquistada en la lucha,
y vosotros, hermanos caídos, en silencio,
estaréis con nosotros en ese vasto día
de la lucha final, en ese día inmenso.


Pablo Neruda


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ese gran simulacro...












Cada vez que nos dan clases de
amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de
amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros


en mi región hay calvarios de
ausencia
muñones de porvenir / arrabales
de duelo
pero también candores de
mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde
sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo
de otoño
sentimientos insoportablemente
actuales
que se niegan a morir allá en lo
oscuro


el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las
remembranzas
y hay que tirar rencores por la
borda
en el fondo el olvido es un gran
simulacro
nadie sabe ni puede / aunque
quiera / olvidar
un gran simulacro repleto de
fantasmas
esos romeros que peregrinan por
el olvido
como si fuese el camino de
santiago


el día o la noche en que el olvido
estalle
salte en pedazos o crepite /
los recuerdos atroces y de
maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por
el mundo
y esa verdad será que no hay
olvido


Mario Benedetti


sábado, 19 de noviembre de 2011

La humedad de los espejos...


Mírame aquí, exiliado del verbo y de los hombres
No tengo en mis manos la cosecha del tiempo
ni puedo satisfacer tu hambre de futuro y de trincheras
con un poco de sal que sabe al infinito.
Mírame aquí , dentro de una metafísica incierta
con el vientre lamiendo el horizonte
y la textura triste del crepúsculo y la aurora.
Puedes quererme, pese a todo, o tal vez olvidarme,
moler a palos mis ideas en cada madrugada
o besar el llanto que amalgama el hoy con los principios
Puedes desollarte con mis labios ancestrales
y sembrar mi pecho con las espinas de tus rosas.
¿Acaso importa la lápida o el mármol?
¿Acaso cuenta el misterio y la desdicha?
Mírame aquí, como un chacal bajo la luna
con los colmillos sangrando de impotencia
removiendo los enjambres de la greda
en busca del rincón y del origen.
Obsérvame en éste raquítico espacio
en que la tierra es el cementerio del cielo
y el cielo un cuento de hadas
que te adormece en el enigma de una idea.
Puedes irte, pese a todo… o recordarme
¿Acaso cuenta saber si aun te amo?
¿Acaso importa una mano ungida de lirismo?
Puedes gritarlo o callar…es lo mismo,
lo adivino en la humedad de los espejos
en éstas manos que guardan
solo un poco de sal que sabe al infinito.-

Walter Faila






jueves, 10 de noviembre de 2011

Canción del Amor Lejano...

Ella no fue, entre todas, la más bella,
pero me dio el amor más hondo y largo.
Otras me amaron más; y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.


Acaso fue porque la amé de lejos,
como una estrella desde mi ventana...
Y la estrella que brilla más lejana
nos parece que tiene más reflejos.


Tuve su amor como una cosa ajena
como una playa cada vez más sola,
que únicamente guarda de la ola
una humedad de sal sobre la arena.


Ella estuvo en mis brazos sin ser mía,
como el agua en cántaro sediento,
como un perfume que se fue en el viento
y que vuelve en el viento todavía.


Me penetró su sed insatisfecha
como un arado sobre llanura,
abriendo en su fugaz desgarradura
la esperanza feliz de la cosecha.


Ella fue lo cercano en lo remoto,
pero llenaba todo lo vacío,
como el viento en las velas del navío,
como la luz en el espejo roto.


Por eso aún pienso en la mujer aquella,
la que me dio el amor más hondo y largo...
Nunca fue mía. No era la más bella.
Otras me amaron más... Y, sin embargo,
a ninguna la quise como a ella.


José Ángel Buesa







domingo, 6 de noviembre de 2011

Era un niño que soñaba...

Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vió.


Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡Ahora no te escaparás!


Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!


Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.


Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿Tú eres de verdad o no?


Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: Todo es soñar,
y el caballito soñado
y el caballo de verdad.


Y cuando le vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿Tú eres sueño?
¡Quién sabe si despertó!


Antonio Machado




miércoles, 2 de noviembre de 2011

Documentos...

Llena de signos y de árboles,
ella cruza la noche como un fuego o un río,
asciende en el silencio y la memoria,
es infinita como un hecho,
la existo, la conduzco, yo soy su certidumbre.

Juan Gelman