sábado, 27 de junio de 2009

Once...

Ningún padre de la iglesia
ha sabido explicar
por qué no existe
un mandamiento once
que ordene a la mujer
no codiciar al hombre
de su prójima

Mario Benedetti

martes, 23 de junio de 2009

La extranjera...

La extranjera no sabe
que su sangre es su casa, que
todo pájaro suyo
sólo ahí puede cantar y abrir
alas de su verano y se abalanza,
alcanza, lanza, alza
como una sed de mundo
que no se puede apagar.
El pájaro encendido cuida
los huecos de la pérdida como
joyas perdidas sin remedio.
Canta allí, loco de luz, no renuncia
a mis monstruos, valiente.
La hora de los dioses
junta los pies
de ese camino.

Juan Gelman


sábado, 20 de junio de 2009

Al límite del aire vas...

Al límite del aire vas y allí
te diluyes.
Tú misma subes
a lo más alto del día
No hay memoria de ti
sino una pura creación,
un reverbero que no requiere palabras.


Lo que yo puedo cercar
o acercar de ti
mucho se parece a un muro de arena,
ha tiempo que su puerta echó a andar
a solas,
no quedan ya rincones
para llorar.


Pero tú me rodeas
como una gran voz callada.
Un largo adiós pone mis manos
en su sitio.
Escribirte es como conducir al mar
un campo de tulipanes,
no requiere palabras.


Y permanezco mudo
mientras te mueves a mi alrededor.
Nervaduras de un ojo fijo
en mi corazón
tejen su telaraña de amor letal.


Emilio Sosa Lopez

miércoles, 17 de junio de 2009

Oración...



Líbranos, Señor,
de encontrarnos,
años después,
con nuestros grandes amores.

Cristina Peri Rosi

domingo, 14 de junio de 2009

Modus Vivendi




Yo vivo
como quien busca un galeón hundido en alta mar,
día tras día,
sin brújula y sin norte,
con un viejo mapa desgarrado como única certeza,
que reproduce a escala el último fraude
y la atroz belleza del primer fracaso.
Yo escribo
concelebrando la inicua naturaleza de lo inane,
sin fe y sin liturgia,
cuando todo es silencio alrededor
y nada significa alinear las palabras:
la única ascesis a mi alcance,
a falta de algún viaje a ningún sitio
o de un apasionado amor,
que olvidaré enseguida, como siempre,
porque no se parece a Pío Baroja
ni a don César de Echagüe.

Clotilde Tambroni

jueves, 11 de junio de 2009

Navegación...

La noche, navegando
como ayer,
como siempre,
por aguas de silencio,
de calma,
de misterio,
y el campo, las ciudades,
los árboles,
lo inmóvil,
rodando por el aire,
como ayer,
como siempre,
a miles de kilómetros,
hacia el sol,
hacia el día,
para seguir de nuevo,
sin descanso,
sin tregua,
el mismo derrotero
de oscuridad,
de estrellas.

¡Qué motivo de asombro!
¡Cuánta monotonía!

Oliverio Girondo

lunes, 8 de junio de 2009

Hace falta estar ciego...




Hace falta estar ciego,
tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio,
cal viva,
arena hirviendo,
para no ver la luz que salta en nuestros actos,
que ilumina por dentro nuestra lengua,
nuestra diaria palabra.

Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría,
sin participación de los himnos futuros,
sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado sombrío de la tierra.

Hace falta querer ya en vida ser pasado,
obstáculo sangriento,
cosa muerta,
seco olvido.

Rafael Alberti

viernes, 5 de junio de 2009

Poema Azul...


Pequeñas palabras que brotan de mi voz,
ilusiones que inundan los cielos,
suspiros de viento se empozan en mi alma,
la mano de Dios sobre mi cabeza
y un mar inquieto me invita a caminar.

Un deseo cuando amanece la fantasía,
una confesión de fe a través del tiempo,
la mirada fija hacia el horizonte sur,
y el deseo inocente de ser estrella del norte.

El beso mágico de dos labios que se desean,
y el dolor mortal de no sentirlo,
soledad vestida de rojo,
tentación oscura de una pasión efímera,
y las lagrimas sangrantes de un amor verdadero.

Sentimiento eterno de un cariño puro,
la condena dulce de amar para siempre,
fidelidad pactada de amante azul,
y el lamento constante,
de no llegar al final.

Acoge la hierba mi cansado cuerpo,
y la pluma descansa en la inspiración,
un cuaderno de poesías recibe al sol,
y las lágrimas de amor ruedan de sus ojos.

La oscuridad lo tienta a odiar,
la luz lo motiva a amar aun más,
el destino se ríe de el,
el tiempo lo golpea aun más,
y se quiebra lentamente,
el pilar que sostiene su vida.

Una gaviota lo mira con dulzura,
las olas del mar lo animan a seguir,
la cruz del amor pende de su pecho,
detiene el tiempo con su magia,
reta al destino con su esperanza
y fortalece los cimientos de su existencia.

Sus alas ya no son de papel,
su simpleza es la naturaleza,
hacedor de rosas como el corazón
y navegante eterno
de un mar de amor.

Sabe que debe seguir a su corazón,
expandir el aura de su alma,
unir el cosmos de su ternura,
y entregarse a la mujer que ama.

Vida, Verdad y Amor,
escondo en mi pecho el misterio celeste,
y en la lucha constante,
solo el amor me dará vida.

Eterno y santo es el amor dentro de mí,
expresado como un sueño
de azul navegante.


La magia y la fantasía vive en mis manos,
la dulzura, la ternura,
se escriben en poesía,
el lenguaje del amor en mis labios,
y la esperanza duerme en mi ojos.

Mi corazón es de una trovadora,
vivirá en cada canción,
en cada estrella,
en cada luna,
en cada palabra de amor,
en cada lágrima de soledad,
en cada ola de mi mar azul,
en la misteriosa comunión crepuscular,
en la dulce melodía del alba,
porque solo uno es el amor
“tu eres yo y yo soy tu”
como la oración de fe
que trasciende el universo,
y así con el tiempo a cuestas,
jamás dejare de rezar a Dios
que siempre le dirá a ella:

Te Amo...
aún después de la muerte...


Desconozco su autor
Encontrado
aquí

martes, 2 de junio de 2009

Los astros agotan la luz...

Se rompen lazos que anudaron vínculos
se desatan sogas oriundas de plantas ancestrales
La marea afloja las amarras
y el barco boga sin rumbo

Los astros agotan su luz
El hombre no rige su sendero
así no atina el infinito

Se va lo que ansías
se establecen otras formas
Una vez más se ha vaciado el cuenco

Mireya Krispín