sábado, 30 de abril de 2011

Mágico vivir...


Arde aún y es espléndida la llama
de aquel fuego. ¿Recuerdas esas tardes,
el canto de los pájaros; la tenue
veladura de un mar casi tan negro
como tus ojos? Súbita, la vida
nos quemaba por vez primera entonces.
Nosotros, qué podíamos hacer
sino aceptar ese secreto incendio,
su agonía y su éxtasis, fundidos
en un mismo sentir inexpresable.
Hiere aún ese mágico vivir:
ya sólo quiero envejecer contigo.

Abelardo Linares
(Español)





martes, 26 de abril de 2011

El esclavo...



Ser el esclavo que perdió su cuerpo
para que lo habiten las palabras.
Llevar por huesos flautas inocentes
que alguien toca de lejos
o tal vez nadie. (Sólo es real el soplo
y la ansiedad por descifrarlo.)

Ser el esclavo cuando todos duermen
y lo hostiga el claror incisivo
de su hermana, la lámpara.
Siempre en terror de estar en vela
frente a los astros
sin que pueda mentir cuando despierten,
aunque diluvie el mundo
y la noche ensombrezca la página.

Ser el esclavo, el paria, el alquimista
de malditos metales
y trasmutar su tedio en ágatas.
en oro el barro humano.
para que no lo arrojen a los perros
al entregar el parte.

Eugenio Montejo




viernes, 22 de abril de 2011

En aquel tiempo...

Yo tuve el corazón capaz de lluvia.
Ocurría febrero con sus alas
y el tiempo digital nos puso juntas
las manos y los ojos y los cuerpos:
toda la tierra que el amor excusa.

Igual que el viento en las banderas altas
se comportó en nosotros esta música.

Me fui quedando acompañado y cierto,
entendido en los bosques de mi jungla,
leñador orgulloso de raíces
que no debieron nunca estar ocultas.
Lo de siempre se puso a ser distinto:
el mar entero cupo en una urna,
el hielo de los vasos provenía
de una lejana nieve, nuestra y única,
mis manos migratorias se quedaron
a vivir en tu tierra más profunda
y en mi boca, de siempre descontenta,
dimitían de pronto las preguntas.

Presenciadas por dos cambian las torres,
la muerte aplaza sus gestiones últimas
y estar vivo se agita y condecora.
La muerte debe ser como un espejo
donde uno mira y mira sin ver nunca.
Ven cerca. Más. Que entre los dos no quepa
ninguna muerte ni ninguna duda.
Te hablo desde febrero y desde siempre:
sabemos del amor por lo que alumbra,
por lo que tuerce y acrecienta y rige,
por su forma de andar en la penumbra...
Y así, sobre semanas perseguidas
izamos con esfuerzo nuestra alma.


Manuel Alcántara
(Español - Contemporáneo)



lunes, 18 de abril de 2011

Finismundi...



a
El azul cuando invade la tierra renace cielo

La tierra cuando invade el mar inventa islas
Eso es lo que ocurre lejos
Donde no se ven los sonidos de la espuma
No se la oye devorar con brazos alargados las orillas
Ni regresa sobreviviéndose a sí misma la marea
Lejos todo convive con violencia y mutua ignorancia
Más arriba no hay nada
Abajo nada
El color es el único límite de las cosas
Suavemente explorando en la hoja
Suavemente explotando en los ojos


Siempre hemos estado parados sobre un mapa


b
El mundo se extingue
como animal salvaje
y fuego doméstico,
como el refulgente cuerpo de una mujer
de labios rotos
en la fosa común de los besos muertos.
Mapa de todas las voces apagadas.


c
Cuando el mundo ya no sea
y los pronombres hayan sido desollados
nada nos quedará fuera de la sangre,
ese mapa líquido
con el que hemos regado la tierra.


Herson Barona
@ViajeroVertical




sábado, 16 de abril de 2011

Una imagen...


Todo el día se transforma en una imagen
incrustada en mis ojos, en la mente.
Imagen
que hace de mi sangre oleaje
que arrastra por mis venas esperanza,
que remueve de rincones olvidados
ilusiones y pasiones ancestrales,
que hace de los días un vaivén
que sumerge a la espera y la distancia
dentro de esta cercanía
de ojos y cuerpos

Otra vez la imagen perfecta
tu cuerpo desnudo ante mis ojos
tu sonrisa desprovista de antifaces
Me acerco a ti, con mis labios en la mano
para besar tu piel mientras te toco,
para tocarte mientras mi boca se llena de ti.

De nuevo nuestra piel flotando,
volando en la obscuridad
de nuestros ojos cerrados
abrimos puertas y ventanas
para que todo flote
para que todo cambie
porque queremos que afuera
se haga adentro
para poder flotar por la ciudad
mientras todos aguardan encerrados
mirando desde lejos
como dos estrellas
se fugan de la noche, de los días
para iluminarse a si mismas por un momento

Eduard Monch





jueves, 14 de abril de 2011

Oración...


Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una como mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.

Con esta sed quemándome.

La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.

Juan Gelman



domingo, 10 de abril de 2011

Ud. no lo sabe aún...

Señor,
usted no lo sabe
y sin embargo sus arrugas,
tersándome la mañana,
me han obligado a iniciar una huelga de novios
desde que lo conozco.

Y hoy
-mientras los dos nos mirábamos de reojo, cada uno
en un extremo de la barra-,
mi guedeja más anarquista
ha optado definitivamente por afiliarse a sus ojos




Almudena Guzmán




martes, 5 de abril de 2011

Bastó tan sólo un sí...

Bastó tan sólo un sí
para vivir el ya y el después,
bastaron algunos suspiros
para crear un hoy.

Bastó tan sólo un sí en el momento justo
para que muriera el eres.
Bastó tan sólo un sí de tus labios
para que se olvidara el soy.
Bastó tan sólo un sí, un simple sí, un único sí,
para que naciera el somos.


Y desde ese sí mágico y tierno
comenzó a forjarse la promesa de tus besos.
Y desde el equipaje de nuestro sueño
nacimos a una tímida realidad.


Te presté mi hombro al sol
y por la noche entregué mi cuerpo a tu cuerpo.


Bastaron dos personas solas para parir un mundo
y me bastó tu imagen para edificar un universo.


Bastaban la espera y el sonido del teléfono anunciando tu llamada,
bastó tu voz inmaculada, bastó la ternura de tus palabras,
bastó tu sueño ceniciento, bastó mi espíritu sediento.


Bastó la timidez de tu sonrisa,
bastó este poema, junto a tus caricias...


Bastó que existieras en mis segundos para amar el tiempo,
que existieran las horas y el silencio
para saber que así –y sólo así– respiramos juntos.


Gonzalo Osses - Vilches
(Chileno - Contemporáneo)

sábado, 2 de abril de 2011

Poema...




Hoy quisiera para hablar una terraza
donde Caracas nos tratase con afecto
y alcanzásemos un sitio
(dos mecedoras tal vez)
donde el viento se manejase leve
y lo viésemos todo
con la pretensión afable de los mapas.

Una terraza con el ruido lejos
y el sólo bolero de tu boca.

Hoy quisiera sentarme contigo
a hacerle tierra a los océanos.

Quiero la elocuencia del whisky
y sentirme total entre tus piernas.

Rafael Arráiz Lucca
(Venezolano - Contemporáneo)