jueves, 24 de diciembre de 2009

A su hijo recién nacido...


Duerme, mi niño, duerme
que estoy en vilo.
Que no se entere nadie
de que has venido.

Que contengan los ángeles
su regocijo,
porque hasta que amanezca
sólo eres mío.

Ya vendrán los pastores
con el rocío,
para mirar la rosa
que hay en tu ombligo.

Duerme, mi niño, duerme,
duerme tranquilo,
oculto en mi regazo
tu poderío.

Caballitos de arena,
canela y trigo,
te prestan un galope
rubio de rizos.

Terroncito de luna,
viento dormido,
si te tengo en mis brazos
¿por qué suspiro?

No, que no, que no vengan
por los caminos
los miedos de los clavos
y los martillos.

No estoy llorando ¿sabes?
Es que te miro,
y mis ojos reflejan
tu luz, mi niño.

Ya sé que por tu frente
cruzan sus hilos
las agujas oscuras
de los espinos,

aunque aún en el huerto
de tu albedrío
no te duele la sombra
de los olivos.

Y serás en la mesa
-rosas y lirios-
para todos los hombres
el pan y el vino,

pero ahora perdóna-
me si te pido
que seas esta noche
sólo mi niño.

José Javier Aleixandre

sábado, 19 de diciembre de 2009

Trasmundo...

Más allá del deseo y su luz torpe,
más allá de la risa, al otro lado
de ese instante sin tiempo o la nostalgia,
lejos de la razón, de la locura,
más allá de mí mismo, de la vida,
tan inútil, tan vieja conocida,
más allá de estos sueños, de esta muerte:
tras de la sombra en llamas de tus ojos.

Abelardo Linares
(Español)

martes, 15 de diciembre de 2009

Enamorarse y no...

Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo

Mario Benedetti

domingo, 13 de diciembre de 2009

El Amor...

Una vez el amor de dos nómades
duró una lluvia.
Cuando se despidieron, mojados y vivos,
supieron que volverían a amarse
en todas las lluvias por venir
aunque nunca más volvieran
a encontrarse...

Lía Schenck
"El retorno de los nómades"
(Uruguaya - Contemporánea)

viernes, 11 de diciembre de 2009

Ausencia de amor...

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.


Juan Gelman

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Andamios en el viento...

Yo edifiqué este amor.
Con fragmentos de oscuras inocencias,
con torpes esqueletos de caricias,
con harapos de sueños,
con astillas de heridas sin cerrojos,
con retazos de olvidos,
con silencios,
con este terco corazón obrero
enhebrando
una a una
las miradas
hasta llegar al beso.


Yo edifiqué este amor.
Me desollé las manos
y el alma
para hacerlo.
Desgarré la agonía de mis pieles
en el seco perfil de tus misterios,
en tu salvaje lluvia de raíces,
en tu escasa ternura,
en la eterna aspereza de tus miedos,
en el rencor marchito de tu zarza,
en la estirpe indomable de tus fuegos.


Yo edifiqué este amor.
Establecí mi sumisión descalza
como piedra y cimiento,
lo parí con la fuerza de la tierra
en la orilla de enero,
lo afirmé como hiedra a tus murallas
de aguijones sin tiempo...
y lo sostengo
a pura garra y dientes
entre racimos de cuchillos negros.


Norma Segades Manias
(Argentina)

lunes, 7 de diciembre de 2009

Inventario de lugares propicios al amor...

Son pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos
en algunas ciudades
ya de por sí amarillas como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios:
quicios de puertas orientadas al norte,
orillas de los ríos,
bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias
dejan a veces huecos
utilizables aunque caiga nieve.
Pero desengañémonos: las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscriben
la caricia (con exenciones
para determinadas zonas epidérmicas
-sin interés alguno-
en niños, perros y otros animales)
y el «no tocar, peligro de ignominia»
puede leerse en miles de miradas.
¿Adónde huir, entonces?
Por todas partes ojos bizcos,
córneas torturadas,
implacables pupilas,
retinas reticentes,
vigilan, desconfían, amenazan.
Queda quizá el recurso de andar solo,
de vaciar el alma de ternura
y llenarla de hastío e indiferencia,
en este tiempo hostil, propicio al odio.

Angel González
(Español)

sábado, 5 de diciembre de 2009

La diosa blanca...


Porque sabe cuánto la quiero y cómo hablo de ella en su ausencia,
la nieve vino a despedirme.
Pintó de Brueghel los árboles.
Hizo dibujo de Hosukai el campo sombrío.


Imposible dar gusto a todos.
La nieve que para mí es la diosa, la novia,
Astarté, Diana, la eterna muchacha,
para otros es la enemiga, la bruja, la condenable a la hoguera.
Estorba sus labores y sus ganancias.
La odian por verla tanto y haber crecido con ella.
La relacionan con el sudario y la muerte.


A mis ojos en cambio es la joven vida, la Diosa Blanca
que abre los brazos y nos envuelve por un segundo y se marcha.
Le digo adiós, hasta luego, espero volver a verte algún día.
Adiós, espuma del aire, isla que dura un instante.


José Emilio Pacheco
Premio Cervantes 2009
(Mexicano - Contemporáneo)



La foto pertenece a mi amigo Tomás
que me la regaló el  invierno pasado ;)

jueves, 3 de diciembre de 2009

Incendio...

Las escaleras gotean
Llaman chasqueando

Brilla el suave barandal
Lo toco y siento
Subo y siento
Paso a paso, medida tras acto malabar
Tomo el silencio como el abrigo de siempre
Guardo los túneles que no han tenido luz

Para que alumbren

Belkys Arredondo
(Venezolana)