para medir el tiempo, ese otro mar
bajo el cual el polvo de nuestras vidas se arrastra.
La arena, que nos ignora
y que teje sus huellas bajo el agua,
nos precede y nos sobrevivirá.Parece infinita y, sin embargo,
cabe ella toda en este poema.
Ella mide mi brevedad en sus relojes
y yo su eternidad en estos versos.
Laureano Márquez P.03/05/2003
(Venezolano, Compadre, Amigo)