sábado, 29 de noviembre de 2008

Esperansia...

Esperanza,
última espera...
La del alma.
Coge forma del olvido
y con el aire en las manos,
amasa futuros que no llegan,
extraviados
en relojes destiempados.
Esperanza,
la espera
de la desesperanza incierta.
Inunda, sobrepone, alcanza.
Rescata de las desilusiones
la gota
que resbala hacia el suelo,
en veloz vuelo...
A punto de astillarse.
Esperanza,
redonda,
como fruto maduro,
o como fruto verde,
esperando estaciones de vendimia.
Esperanza,
mosto agridulce
que embriaga, abraza, besa
y fecunda ansias
y suspiros viejos.
Esperanza,
recipiente profundo,
de proyectos de vida, contenidos,
de caricias
-manantial de manos y palabras-,
libros y silencios.
Esperanza,
de todas las esperas...
La espera
con más ansia.

Ángela Becerra

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Los cielos...

Los cielos son iguales.
Azules, grises, negros,
se repiten encima
del naranjo o la piedra:
nos acerca mirarlos.
Las estrellas suprimen,
de lejanas que son,
las distancias del mundo.
Si queremos juntarnos,
nunca mires delante:
todo lleno de abismos,
de fechas y de leguas.
Déjate bien flotar
sobre el mar o la hierba,
inmóvil, cara al cielo.
Te sentirás hundir
despacio, hacia lo alto,
en la vida del aire.
Y nos encontraremos
sobre las diferencias
invencibles, arenas,
rocas, años, ya solos,
nadadores celestes,
náufragos de los cielos.

Pedro Salinas

domingo, 23 de noviembre de 2008

No lamento tu ausencia...




No lamento tu ausencia, no me alegro tampoco:
Esta paz de tenerte como siempre en las manos
es parte de mi amor,
de este nuevo sentido que has puesto en mis sentidos.

Y no es que estés muy lejos
es que madura lento lo que más nos importa.
Y el tiempo y el espacio son frutas delicadas

Jesús Agudo




Gratamente encontrado una noche de invierno
en un autobus de Aucorsa de la Línea 13,
en Córdoba, España

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El aire ya no es aire...

El aire ya no es aire, sino aliento;
el agua ya no es agua, sino espejo,
porque el agua es apenas tu reflejo
y ruta de tu voz es sólo el viento.

Ya mi verso no es verso, sino acento;
ya mi andar no es andar, sino cortejo,
porque vuelvo hacia ti cuando te dejo
y es sombra de tu luz mi pensamiento.

Ya la herida es floral deshojadura
y la muerte es fluencia de ternura
que a ti me liga con perpetuos lazos:

tornóse en rosa espléndida la herida
y ya no es muerte, sino dulce vida,
la muerte que me das entre tus brazos.

Miguel Otero Silva
(Venezolano)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

De viaje...




Hay una hora que hace del polvo tu escolta,
de tu casa en Paris, lugar de sacrificio de tus manos,
de tu ojo negro, el más negro ojo.

Hay una estancia donde un tiro de caballos se detiene para tu corazón.
Tu cabello quisiera ondear en el viento cuando te vas - eso le está prohibido.
Los que quedan y hacen signos de adiós no lo saben.

Paul Celan

sábado, 8 de noviembre de 2008

Escritura...


Llámala gota primera
condensada en instantes de duda
Llámala don
que desdeña el frío de su paso
y se contenta con el crisol de la ausencia
Dile a ella
que sea jaima para ellos
Diles a ellos
que ella es
el soplo que prende las nubes

Mohammed Bennis

martes, 4 de noviembre de 2008

Hay corazones sin dueño...

Hay corazones sin dueño,
que no tuvieron nunca la oportunidad
de regir como un péndulo casi atroz
el laborioso espasmo de la carne.

Hay corazones de repuesto,
que esperan sabiamente
o por quién sabe qué mandato
el momento de asumir su locura.

Hay corazones sobrantes
que se descuelgan como puños de contrabando
desde la permanente anomalía
de ser un corazón.

Y hay también un corazón perdido,
una campana de silencio,
que nadie sin embargo ha encontrado
entre todas las cosas perdidas de la tierra.

Pero todo corazón es un testigo
y una segura prueba
de que la vida es una escala inadecuada
para trazar el mapa de la vida.

Roberto Juarroz

sábado, 1 de noviembre de 2008

No quisiera que lloviera...

¡Feliz cumpleaños, Max!




No quisiera que lloviera
te lo juro
que lloviera en esta ciudad
sin ti
y escuchar los ruidos del agua
al bajar
y pensar que allí donde estás viviendo
sin mí
llueve sobre la misma ciudad
Quizá tengas el cabello mojado
el teléfono a mano
que no usas
para llamarme
para decirme
esta noche te amo
me inundan los recuerdos de ti
discúlpame,
la literatura me mató
pero te le parecías tanto

Cristina Peri Rossi


"Diáspora" 1976