sábado, 29 de noviembre de 2008

Esperansia...

Esperanza,
última espera...
La del alma.
Coge forma del olvido
y con el aire en las manos,
amasa futuros que no llegan,
extraviados
en relojes destiempados.
Esperanza,
la espera
de la desesperanza incierta.
Inunda, sobrepone, alcanza.
Rescata de las desilusiones
la gota
que resbala hacia el suelo,
en veloz vuelo...
A punto de astillarse.
Esperanza,
redonda,
como fruto maduro,
o como fruto verde,
esperando estaciones de vendimia.
Esperanza,
mosto agridulce
que embriaga, abraza, besa
y fecunda ansias
y suspiros viejos.
Esperanza,
recipiente profundo,
de proyectos de vida, contenidos,
de caricias
-manantial de manos y palabras-,
libros y silencios.
Esperanza,
de todas las esperas...
La espera
con más ansia.

Ángela Becerra

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bellísimo...

¡¡¡ gracias por compartirlo Azul !!!

Max