domingo, 30 de septiembre de 2007

Mirada...


Me miró
y fue como si desde los lejanos siglos
la hubiera pronunciado para siempre.

Cristina Peri Rosi

jueves, 27 de septiembre de 2007

Hagamos un trato...


Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.

(de una canción de Carlos Puebla)







Compañera,
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
ni hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
                        es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti

domingo, 23 de septiembre de 2007

A dos manos...



Por cada segundo, minuto, hora y día a tu lado
Por todo lo que me das en cada uno de ellos
Por todo lo que me permites darte
Por la maravilla que somos cuando estamos juntos
Por cada sí y cada no
Por cada beso y cada caricia
Por este amor inmenso

Mi corazón y mi cuerpo en ti...
siempre.... siempre, mi Alma...

M.G.
Septiembre 23, 2004




Por cada amanecer, cada día radiante y cada estrella
Por todos los átomos que nos contienen
Por toda la magia que generamos
Por cada primera vez juntos
Por la luz y la sombra
Por cada roce y eterna presencia
Por este amor inmenso

Mi Amor y mi Sexo en ti...
siempre... siempre, mi Alma...

M.M.
Septiembre, 23, 2007




jueves, 20 de septiembre de 2007

Pienso...

Pienso que en este momento
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.

Y aquí empieza el abismo,
como cuando me duermo.
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.

Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.

Roberto Juarróz

martes, 18 de septiembre de 2007

Miradme aquí...

Miradme aquí,
clavada en una silla,
escribiendo una carta a las palomas.
Miradme aquí,
que ahora podéis mirarme.
Clarividencias me rodean
y sapos hurgan en los rincones,
los amigos huyen porque yo no hago ruido
y saben que en mi piel hay un fantasma.
Me alimento de cosas que no como,
echo al correo cartas que no escribo
y dispongo de siglos venideros.
Es sobrenatural que ame las rosas.
Es peligroso el mar si no sé nada,
peligroso el amor si no sé nada.
Me preguntan los hombres con sus ojos,
las madres me preguntan con sus hijos,
los árboles me insisten con sus hojas
y el grito es torrencial
y el trueno es hilo de voz
y me coso las carnes con mi hilo de voz:
¡Si no sé nada!

Gloria Fuertes

domingo, 16 de septiembre de 2007

Si mi voz muriera en tierra...

Si mi voz muriera en tierra
llevadla al nivel del mar
y dejadla en la ribera.
Llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento ¡una vela!

Rafael Alberti

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Tango...

La ciudad no eras vos
No era tu confusión de lenguas
ni de sexos
No era el cerezo que florecía -blanco-
detrás del muro
como un mensaje de Oriente
No era tu casa
de múltiples amantes
y frágiles cerraduras

La ciudad era esta incertidumbre
la eterna pregunta -quién soy-
dicho de otro modo: quién sos.

Cristina Peri Rosi

sábado, 8 de septiembre de 2007

Soneto de la Unidad del Alma...

Al Mago en su cumpleaños:
Gracias por todos estos años compartidos
y por la maravilla de su amistad,
su paciencia, su cariño y
por hacerme siempre sonreír...

¡Feliz cumpleaños!






Yo que tengo la voz desparramada,
yo que tengo el afecto dividido,
yo que sobre las cosas he vivido
siempre con la memoria derramada;

yo que fui por la tierra desolada,
yo que fui bajo el cielo prometido
con el entendimiento repartido
y con la voluntad multiplicada;

quiero poner ahora la energía
de la memoria, del entendimiento
y de la voluntad en armonía

con la Memoria que no olvida nunca
con el Entendimiento siempre atento
y con la Voluntad que no se trunca.

Francisco Luis Bernárdez




viernes, 7 de septiembre de 2007

Hay palabras...






Hay bellisimas palabras envuentas de deseos.
Hay palabras silenciosas que dejan huella de ausencia
como un aliento que nos llega de lejos
haciendo comprender una caricia traída por el viento,
palabras que transforman dulces alegrías escondidas
en retoños de lo que fuera un árbol mustio, palabras de esperanza.
Hay palabras que son un sueño



y sueños que en palabras nos entretienen el alma.

Cómo será el lenguage de los amores mudos
cómo serán las almas con vestido
yo se amar parafraseando con el latir del corazón desnudo.
Soy un hombre común sin más lisonja que aquella que guarda mi memoria
sin vínculo alguno que envanezca mi espíritu y sin grande ni pequeña historia.
Soy como el agua del río que pasa inadvertida
amando si mucho a la vida, porque en ella comprendo y me trasciendo
con mi mundo, con mi gente y con mis sueños
Gerardo Omaña

sábado, 1 de septiembre de 2007

Poema del Regreso...



Vengo del fondo oscuro de una noche implacable
y contemplo los astros con un gesto de asombro.
Al llegar a tu puerta me confieso culpable
y una paloma blanca se me posa en el hombro.

Mi corazón humilde se detiene en tu puerta
con la mano extendida como un viejo mendigo;
y tu perro me ladra de alegría en la huerta,
porque, a pesar de todo, sigue siendo mi amigo.

Al fin creció el rosal aquel que no crecía
y ahora ofrece sus rosas tras la verja de hierro:
Yo también he cambiado mucho desde aquel día,
pues no tienen estrellas las noches del destierro.

Quizás tu alma está abierta tras la puerta cerrada;
pero al abrir tu puerta, como se abre a un mendigo,
mírame dulcemente, sin preguntarme nada,
y sabrás que no he vuelto... ¡porque estaba contigo!

José Ángel Buesa