sábado, 20 de junio de 2009

Al límite del aire vas...

Al límite del aire vas y allí
te diluyes.
Tú misma subes
a lo más alto del día
No hay memoria de ti
sino una pura creación,
un reverbero que no requiere palabras.


Lo que yo puedo cercar
o acercar de ti
mucho se parece a un muro de arena,
ha tiempo que su puerta echó a andar
a solas,
no quedan ya rincones
para llorar.


Pero tú me rodeas
como una gran voz callada.
Un largo adiós pone mis manos
en su sitio.
Escribirte es como conducir al mar
un campo de tulipanes,
no requiere palabras.


Y permanezco mudo
mientras te mueves a mi alrededor.
Nervaduras de un ojo fijo
en mi corazón
tejen su telaraña de amor letal.


Emilio Sosa Lopez