miércoles, 31 de enero de 2007

Viaje inútil...

Encontrado en la Ruta Fulgurante
de mi niña Arandiux...




¿Para qué el mar?
¿Para qué el sol?
¿Para qué el cielo?
Estoy de viaje hoy día
en viaje de retorno
hacia aquella palabra sin orillas
que es el mar de mí misma
y de tu olvido.
Después de que te he dado mar y cielo
me quedo con la tierra de mi vida
que es dulce como arcilla
mojada en sangre y leche.
Ahora me sobra todo lo que tuve
porque soy como acuario y como roca.
Por mi sangre navegan peces ágiles
y en mi cuerpo se enredan las raíces
de unas plantas violetas y amarillas.
Tengo en la espalda herida
cicatrices de alas inservibles,
y un poquito en mis ojos todavía
hay humedad inútil de recuerdos.
Pero, ¿que importa todo esto ahora?
cuanto estiro los brazos y no hay nada
que no sea yo misma repetida.
¿Acaso no soy mar y no soy roca?
Misterios de colores en mi vida
suben y bajan en mareas altas
y extraños animales y demonios
se fingen ángeles y helechos en mis grutas.
Están además el mar, el sol, la tierra.
Ahora que he vuelto de un amor inmenso,
tengo ya en la palabra sin orillas
lo que pudo caber entre sus manos.

Yolanda Bedregal
(Boliviana)

martes, 30 de enero de 2007

El río como metáfora...

Si tú me miras,
soy como la mariposa roja;
si me hablas,
soy el perro que escucha;
si me amas,
soy la flor, que se calienta,
entre tus cabellos.

Si me rechazas,
soy como una canoa vacía
que boga por el río,
y los peñascos destrozan”

Poema Piaroa
recopilación Fray Cesáreo de Armellada

Hermandad...

Homenaje a Claudio Ptolomeo

Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.

Octavio Paz

domingo, 28 de enero de 2007

Haiku...

1
Algo me han dicho
la tarde y la montaña.
Ya lo he perdido.

2
La vasta noche
no es ahora otra cosa
que una fragancia.

5
Hoy no me alegran
los almendros del huerto.
Son tu recuerdo.

7
Desde aquel día
no he movido las piezas
en el tablero.

10
El hombre ha muerto.
La barba no lo sabe.
Crecen las uñas.

11
Ésta es la mano
que alguna vez tocaba
tu cabellera.

12
Bajo el alero
el espejo no copia
más que la luna.

13
Bajo la luna
la sombra que se alarga
es una sola.

14
¿Es un imperio
esa luz que se apaga
o una luciérnaga?

17
La vieja mano
sigue trazando versos
para el olvido.

Jorge Luis Borges

martes, 23 de enero de 2007

Caligrafía...

Ha apoyado la frente en el cristal
frío, empañado, con trasluz de invierno.
Escribe el nombre de ella y, a través
de las líneas que traza con el dedo,
la ha visto en un paraje solitario
con el mar y las rocas en la noche.
Al fondo, las estrellas: de pronto, las gaviotas
alzan el vuelo como un resplandor
al paso de un falucho. Se ha engañado:
detrás de la ventana hay una calle
que el alba hace más triste, sin un alma,
con coches aparcados.
Tras las líneas comienza a amanecer:
el sol naciente borrará ese nombre
en la escarcha rosada del cristal.

Joan Margarit
(Español)

lunes, 22 de enero de 2007

Objetos perdidos...


Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me acechan con sus cantos.
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome,

pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo,
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.

Julio Cortázar

sábado, 20 de enero de 2007

El futuro...

Y se muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia

los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.

Julio Cortázar

jueves, 18 de enero de 2007

La luna, siempre...

Redonda, hinchada de frotarse contra el cielo
rasga mi piel con su delgada luz
Cae sobre mi pelo
con la levedad de una sirena
que no se hubiera dado cuenta
que no posee piernas
Solivianta mi sangre
me enciende de locura
me regala una piel fosforescente
y me convierte aceite hirviendo
en fauna
(cascos y cuernos y cabello desbocado
bajo el lúbrico soplo de lo oscuro)

Ana María Rodas
(Guatemalteca)

lunes, 15 de enero de 2007

El pájaro...

El pájaro
en el papel,
el pájaro dibujado.
Los dos trazos finos,
lejanos,
alados.
El suave pájaro delicado.
Vuela por mi hoja.
Escapa
por el espacio blanco.
Busca el azul...
Mi ventana se abre
para darle paso.

Cristina Fornés
(Argentina)

domingo, 14 de enero de 2007

Al filo de la luz...

Al filo de la luz
siempre hacia dentro
debajo del torrente subterráneo
en el espejo cedido por la claridad
fundirse con los sueños
abandonar el día
y en el último latido
viajar perderlo todo
dejar hasta la sombra
mirar las playas sumergidas
las rocas certezas inauditas
a la orilla del mar que nos espera
y volver
con minerales tesoros en las manos
la mirada presa en los prodigios
a iluminar el aire del deseo
en la mañana abierta y nueva.

Blanca Luz Pulido
(Mexicana)

jueves, 11 de enero de 2007

Llueve...

Llueve
sobre la arena, sobre el techo
el tema

de la lluvia:
las largas eles de la lluvia lenta
caen sobre las páginas
de mi amor sempiterno,
la sal de cada día:
regresa lluvia a tu nido anterior,
vuelve con tus agujas al pasado:
hoy quiero el espacio blanco,
el tiempo de papel para una rama
de rosal verde y de rosas doradas:
algo de la infinita primavera
que hoy esperaba, con el cielo abierto
y el papel esperaba,
cuando volvió la lluvia
a tocar tristemente
la ventana,
luego a bailar con furia desmedida
sobre mi corazón y sobre el techo,
reclamando
su sitio,
pidiéndome una copa
para llenarla una vez más de agujas,
de tiempo transparente,
de lágrimas

Pablo Neruda

miércoles, 10 de enero de 2007

Mensajes...

Cómo amaba los manuscritos de tus manos
en la alfombra
en la mesa de todos los días
en los mansos atardeceres
en el polvo de la ventana
en la monótona arena de la playa
Mansas manos
mensajes monosilábicos

Pero nunca supiste qué palabra escribías.

Cristina Peri Rosi
"Linguística general" 1979
(Uruguay)

domingo, 7 de enero de 2007

Yo digo adentro mío...

Adentro mío hay una boca recibiendo la lluvia
y una mano queriendo penetrar en los trenes
adentro está mi infancia con su mañana blanca
mi pueblo allí colgando de la lengua del día
adentro está tu frente pero nunca los lunes
porque adentro me sobran el reloj y los diarios
adentro está lo bueno lo malo lo que queda
mi corazón adentro un pájaro sin rostro
adentro tengo al viento derramado en tus hombros
es decir este aroma de ausencias y de gritos
adentro estoy yo mismo golpeando para afuera
y hay una almohada tibia donde apoyo tu nombre
adentro está el otoño el café el intestino
las rótulas tus ojos el parque que olvidaste
adentro están doliendo tu septiembre y mis pasos
y hay una piel llorando
ahora adentro mío se oxida una ternura
yo digo adentro mío en esta tarde de otros

Jorge Boccanera
(Argentina)

martes, 2 de enero de 2007

La noche del grafito...

A Isabella en su cumpleaños...

Una mujer
presiente el eco
de la tierra en sus entrañas.
Agita su pandero, su cúpula de carne.
La están nombrando a voces.
Hay sirenas barrocas que rondan
por su cuarto,
un nudillo invisible,
un ariete que empuja y quiere tocar el aire,
salir para mirarla, morder el verbo madre,
asaltarle los pechos,
ser colibrí.

Una mujer
se abalanza a la noche,
viaja en un riel de plata,
no le importa la lluvia ni el fragor del silencio.
El corazón le escuece como un verbo indomable.
Rememora el fermento de esposo que bebiera,
las nueve lunas lánguidas.

Una mujer
ha atravesado el aura de una ciudad que duerme,
la noche de grafito.
Desanuda su claustro, se adentra en sus entrañas.
No espera más.
No vuelve más.

Emite el canto azul de las ballenas.
Está jurando amor
por un desconocido.

Una mujer
celebra
un himeneo de fuego
con la vida.

Ana Istarú
De "Verbo madre" 1995
(Costarricense))