martes, 5 de agosto de 2008

Testigo de excepción...



A Maribel y AnaUn mar, un mar es lo que necesito.
Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.
Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No. Nada, nada,
únicamente un mar.
Tampoco quiero flores, manos,
ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.
No quiero que me hablen de amor
a cambio del amor.
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.
Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar,
un mar donde llorar a mares
y que nadie lo note.
Francisca Aguirre
(española)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Una inmensidad,sin límites...

Sus besos

Anónimo dijo...

Una inmensidad,sin límites...


Sus besos

Anónimo dijo...

Un mar, creedme, necesito un mar,
un mar donde llorar a mares
y que nadie lo note........


Llega al alma! lindo como todo lo que se lee en este blog, saludos amiga linda!

Anónimo dijo...

TAmbién donde verter las carcajadas, reír reir y que las olas se contagien, madre. EL mar, ese gran dios que tengo tan cercano y al que tan poco visito últimamente. un abrazo también para Max