martes, 6 de marzo de 2012

Ausencia de Dios...

Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres
pero la mejor parte de tu espacio
en realidad la única constante de tu espacio
quedará para siempre en mí, doliente
persuadida frustrada silenciosa
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote


Después de ese dolor redondo y eficaz
pacientemente agrio, de invencible ternura
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra


Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote rodeándote
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño esa que no sabía


Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder
no tener fe para clavar las uñas
no tener nada más que la noche
saber que dios se muere se resbala
saber que dios retrocede con los brazos cerrados
con los labios cerrados con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza


Es tarde Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias
las paredes con insultos y mimos
las ventanas de invierno el mar a veces
por no tener tu corazón en mí
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote


Mario Benedetti




No hay comentarios.: