martes, 31 de octubre de 2006

Nada es lo mismo...

La lágrima fue dicha...

Olvidemos el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define el transcurso del tiempo y su eficacia.

¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas, silencio y sonreíd:

nada es lo mismo.

Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Ángel González

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Habrá palabras nuevas para la nueva historia / y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde."

Decirlo mejor es imposible
Besos, pequeña
Carlos

Yo no se como se hace para no salir anònimo :(

Azul... dijo...

Carlos, este poema me produce muchísimas cosas inexplicables, inenarrables, me encantó encontrármelo, tiene respuestas que un día -café de por medio-, te lo contaré, ¿sale?

TQM