martes, 9 de marzo de 2010

Legado...

Desde qué zona etérea,
qué espacio espléndido
piensas en mí y me envías
divinos emisarios, sones
de un pequeño estuche
donde sólo cabe
-delicada-
la perfecta simetría de la dicha.


Dádiva
-espejismo acaso-,
sonrisas caen sobre mí
en celestial llovizna:
tu bautismo.


A perpetuarte me llamas:
ya siento en mí tu propio estupor;
tomo la media vida que me das
-la más pura-
como el don que no esperaba ya.


Dulce carga me entregas.


Antonio Aliberti
(Argentino) 

1 comentario:

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Desde allá, donde la brisa canta,
donde tu aroma de mujer me envuelve,
donde te imagino y te recuerdo.

Besos para tu alma