domingo, 18 de marzo de 2007

El amor ascendía entre nosotros...

El amor ascendía entre nosotros
como la luna entre las dos palmeras
que nunca se abrazaron.

El íntimo rumor de los dos cuerpos
hacia el arrullo un oleaje trajo,
pero la ronca voz fue atenazada.
Fueron pétreos los labios.
El ansia de ceñir movió la carne,
esclareció los huesos inflamados,
pero los brazos al querer tenderse
murieron en los brazos.

Pasó el amor, la luna, entre nosotros
y devoró los cuerpos solitarios.
Y somos dos fantasmas que se buscan
y se encuentran lejanos.

Miguel Hernández

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"...pero los brazos al querer tenderse murieron en los brazos""

Esto es demasiao niña, cada vez que lo leo me pone la carne de gallina, el amor ascendia......tanto como sus versos nos dejaron
Gracias por ponerlo es un regalo precioso

Azul... dijo...

Sonrío porque cuando subí el poema (que me requetencanta), pensé en ti, sabía que ibas a "saltar"

Un bessote, Mercedes, guapísima!!!