Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Blas de Otero
Catatanemak
Hace 3 años.
4 comentarios:
Bellisimo el poema¡¡ porque si nos quitan la palabra, ¿que nos puede quedar?
la palabra empieza las palabras
y eso es tan suficiente para mi.
saludos
Hay una posesión del absurdo cruzado con la crudeza del contacto. Cuando "le (das) aire a (tus) sogas /que nunca supieron buscar(te) de nuevo" todo va cayendo con suavidad de escalpelo hasta el soborno de las letras, como la escritura de una carta o un poema hecho de la inercia o costumbre, pero rebuscando la esperanza. Y todo es oprobioso al momento del extravío de una sombra: a lo mejor la desesperanza que se avecina al absoluto y de quejumbroso ritmo de auténtico forastero cabreado.
Poesía sensual, perdurable y romántica, Blas de Otero... amame
entre el placer y el olvido, esclavo de tú deseo, esta noche,
Noches de fuego quiero... abrazos
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