miércoles, 11 de abril de 2007

Mi guitarra...

No suelo publicar la poca poesía que escribo, la verdad es que la releo y no me atrevo, más cuando hay tantísimos poetas excelentes, que expresan muchísimo mejor que yo sentimientos, similares a los míos; eso sí, todo lo que subo aquí es reflejo de mis procesos interiores... Esta vez rompo la regla con un intento de poema que escribimos mi queridísimo amigo, Roberto Grau y yo, a caballo entre Chicago y Caracas, por la magia de Internet. Me ha producido mucha ternura releerlo y extraño mucho aquellos plácidos e inconscientes días... La de la foto, como no, soy yo con Magia, mi guitarra...



Mi guitarra era un madero hueco y mudo
antes que llegaran las cuerdas de tus atenciones...
Los labios se movían como pantomima
la voz no se oía, solo se pretendía
no existía realidad

Ahora sus melodías son canciones
de pájaros, de ensueño, de voces exóticas
que cantan coros armoniosos…
Voz de ensueño, de fantasía,
canción de sirena que embriaga
con su perfume melódico

Caen sobre mi tus acordes
llenando este salón en penunbras
vacío y solo...
si estuvieras aquí
reinaría la musical primavera del ensueño...

Pero ¿quién dice que no estás
si yo te tengo?
Si te sueño y te escucho
me inundo de tu música
de tus letras y tus imágenes
y asido a ti, transcurre mi vida...

Mía... aunque no quieras
Mía... en la distancia y los desencuentros
Musa, pasión y risa...
La distancia no te separa de mi
la llenan tus sonidos, tus colores
y esta guitarra mía, como tú...
grita una y otra vez tu nombre
lleno de matices...

Roberto Grau y
Mary Carmen Martínez
Chicago y Caracas, 2 de Marzo de 2002

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Niña esa letra emociona, y mucho!!!

A estos mis oídos les falta escucharla hecha canción en sus labios...¿la posibilidad de algún archivo de audio? :)

Gracias Azul !!!

Y mi reconocimiento a Don Roberto ;)

Anónimo dijo...

Puede que el timbre de tu voz pueda todavía mejorar el pulso de la letra.
Sin embargo,no puedo evitar una sonrisa al pesar que mi juício era certero: No necesitas las muletas de los versos de otros, para caminar por el sendero de la poesía.

¡Grácias por el obsequio!, espero el siguiente.

Mi viaje nunca acaba,
Ciao!

Azul... dijo...

Max, no lo había pensado, un día, cuando Magia y yo nos quedemos a solas y tranquilas, lo intentaré, eso sí que se me da bien, ¿vió? Para el archivo de audio, me tendría que tocar la lotería para comprarme otra laptop =oP

Ulysse, agradezco no sabes cuánto tus palabras y, sobre todo, tu fe en mi... lamentablemente, mis escritos están muy lejos (físicamente) de mi, es lo que tiene esto de andar por los mares y verse obligada a dejar atrás tantas cosas queridas...

Besos

Ulysse dijo...

Cierto que dejas cosas, pero eso forma parte de tu experiencia vivida.
Lo que me interesa no es lo que dejaste, es lo que quedó en ti y como fructifica.
No puedo leer tus batallas sino por tus cicatrices.

Ciao!

mi viaje nunca acaba...

Azul... dijo...

Bueno, bueno... cicatrices tengo, muchas, quizás tengas razón y escribirlas me ayude a exorcizarlas...

Un beso

Anónimo dijo...

wow, nena, ayer estuvo cayendo nieve y el día se sentía frio y humedo
hoy este correo llega con el calor de ese sol de arena que tanto te gusta trayendo su ternura y calentando mis huesos con esos recuerdos incomparables
que forman parte de mi piel, de mi mente y de lo que soy y seré siempre

gracias por tan linda sorpresa

Roberto