martes, 2 de octubre de 2007

El peregrino...

Sé que nada plantaron
mis actos ni mis palabras.
Mi patria fue el tiempo,
la errancia mi casa.

Mi memoria es ahora
una lista interminable
-abrumadora casi-
de dones y donantes:

Un pliego de cargo
que levanta el camino
por lo mucho recibido
y lo poco que di a cambio.

Ojalá sea la gratitud
semilla de un árbol,
y que la mía de frutos
en la tierra de otras manos.

Eduardo Mitre
(Boliviano)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡ Bellísimo!!!

Gracias por compartirlo (tomo nota)


Besos